Un equipo de investigadores de la Facultad de Minas de la Unal lideró los estudios y diseños de la variante de Istmina y la vía y puente sobre el río Condoto, como parte de un corredor vial que podría descongestionar el centro del municipio, mejorar la seguridad vial y conectar de manera más eficiente a poblaciones como Condoto, Nóvita y otras del Litoral del río San Juan.
El desarrollo de los municipios está íntimamente ligado a sus condiciones viales. Los medios de transporte y las carreteras garantizan que alimentos, medicamentos, materias primas, lleguen en buenas condiciones a sus lugares de destino, sin embargo, en gran parte del departamento del Chocó, la movilidad está marcada por las dificultades y la precariedad. Un equipo de ingenieros liderados por el profesor Jorge Eliecer Córdoba Maquilón, del departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas levantaron las bases y cálculos técnicos en un ejercicio de justicia territorial: la construcción de la variante de Istmina y el Puente del río Condoto.
Con otros proyectos viales en marcha, estos estudios fortalecerán la red de carreteras del departamento, integrándose con el resto de Colombia. Abrir una carretera es generar oportunidades: que un productor lleve sus bienes al mercado sin perder días enteros en el transporte, que un joven llegue a la universidad sin tener que sortear vías intransitables, que un enfermo acceda a un hospital en menos tiempo.
“Invertir en el Chocó significa reconocer que sus comunidades merecen las mismas oportunidades de conectividad que el resto del país. La variante de Istmina permitirá que el tráfico pesado, en especial el transporte de carga, no atraviese el casco urbano, lo que reducirá la congestión y mejorará la seguridad peatonal en el centro del municipio. Al mismo tiempo, los tiempos de viaje hacia Quibdó y hacia los municipios del sur del San Juan se reducirán significativamente, facilitando el comercio, el acceso a servicios de salud y la movilidad de estudiantes y trabajadores”, declaró Jorge Eliecer Córdoba Maquilón, profesor del departamento de Ingeniería Civil e investigador principal de ambos proyectos.
La iniciativa surge de una necesidad expresada directamente en el Plan de Desarrollo de Istmina, que identificó la urgencia de una vía alterna. Actualmente, la carretera principal atraviesa el casco urbano con tramos angostos y deficiencias en el sistema de drenaje, lo que ocasiona congestión y accidentes. A esto se suma una dificultad particular: durante las festividades locales, las autoridades deben cerrar el acceso y la salida, aislando a los municipios vecinos e interrumpiendo la movilidad regional.
Ambos proyectos parten de una mirada integral que articula estudios técnicos, ambientales, sociales y económicos. Mediante un contrato interadministrativo con el municipio, desarrollamos análisis detallados sobre topografía, geología, geotecnia, tránsito e hidrología, con el fin de garantizar que la obra no solo sea viable, sino que también se adapte a las condiciones extremas de la región”, garantizó Córdoba Maquilón.
Los estudios topográficos se realizaron con tecnologías avanzadas, como drones, equipos GNSS multifrecuencia y restitución digital de ortofotos, que permitieron levantar información precisa de un corredor de 6,4 kilómetros. También se efectuó un levantamiento batimétrico de 2,2 kilómetros en el río San Juan para planear el trazado de un puente que se convertirá en pieza clave del proyecto. Con sistemas especializados como CivilCAD 3D, se logró un modelo digital del terreno con exactitud centimétrica.
En el caso de Istmina, población se encuentra a 64 kilómetros de Quibdó, será una variante que apoyará en su mayor parte sobre estratos areno-arcillosos y conglomeráticos, con condiciones favorables para la cimentación de la vía. Sin embargo, los estudios también advirtieron sobre la alta amenaza sísmica del departamento, lo que obligó a prever estructuras más resistentes y seguras. Esta consideración es fundamental en una zona donde los movimientos telúricos son de gran magnitud y ocurren con frecuencia.
Uno de los aspectos más sensibles del proyecto es el paso sobre el río San Juan, una de las arterias hídricas más caudalosas de Colombia. Con una precipitación promedio anual que alcanza los 7.400 milímetros en la cabecera municipal de Istmina —una de las cifras más altas del mundo—, la región presenta crecientes constantes que ponen a prueba cualquier infraestructura. Para anticipar este reto, se llevaron a cabo estudios hidrológicos que analizaron más de 30 años de registros climáticos y de caudales. Los resultados permitieron determinar los niveles máximos del río en distintos periodos de retorno y proyectar un diseño de puente con un borde libre de seguridad de 2,5 metros, garantizando que la estructura pueda soportar crecientes extremas sin riesgo de colapso o afectaciones graves.
El diseño geométrico de la vía busca ofrecer seguridad y comodidad a los conductores. Para ello, se calcularon radios de curvatura, pendientes y distancias de visibilidad que se ajustan a la topografía de colinas y terrazas de la región. “En este sentido, la variante no es solo una carretera más: será un corredor moderno, con especificaciones técnicas similares a las de vías nacionales de mayor jerarquía. Más allá de los planos y las cifras, el impacto de este proyecto se sentirá en la vida diaria de miles de personas”, expresó Córdoba Maquilón.
En Istmina, se proyecta una variante de 6,2 kilómetros de longitud, diseñada con estándares técnicos modernos para aliviar la presión de tránsito dentro del casco urbano. Este corredor incluirá obras de drenaje, estabilización de taludes y un trazado pensado para soportar el flujo de carga pesada y de pasajeros que diariamente atraviesa el municipio. El caso de Medio San Juan, por su parte, tiene una particularidad que lo hace aún más urgente: la división del municipio por el río Condoto, que separa el casco urbano antiguo del sector en expansión urbanística.
“Hoy, no existe una vía de acceso vehicular que los conecte directamente. Por eso, el proyecto contempla la construcción de una vía de 2,2 kilómetros y un puente principal de 300 metros de longitud, además de estructuras complementarias como puentes y sistemas de drenaje”, precisó Córdoba Maquilón.
Localización del puente de Istmina.
Una vía de acceso dinamizará la comercialización de productos y reducirá costos de transporte, en un intercambio con municipios vecinos como Istmina, Condoto, Nóvita y Sipí. En Istmina, la variante permitirá descongestionar el tránsito urbano, reduciendo el impacto ambiental, el desgaste vehicular y los tiempos de viaje, mientras abre nuevas rutas para el turismo ecológico y cultural de la región.
Cada kilómetro trazado y cada metro de puente diseñado representan una oportunidad para que los habitantes de esta región tengan mejores condiciones de vida, acceso a servicios, comercio más dinámico y un futuro en el que el aislamiento deje de ser obstáculo.