La Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín recuerda a una de sus figuras más ilustres, a un gran amigo: el ingeniero Luis Fernando Múnera López. Su huella en nuestra misión es profunda y está marcada por su visión profesional y ética, que perdurarán en la historia y en la formación de nuevas generaciones de ingenieros para el servicio público y el bien común.
Luis Fernando fue un hombre de vocación, de arduo trabajo, y, sobre todo, de una ética irrenunciable que se reflejó en todas las esferas de su vida. Nacido en un tiempo y lugar que, más allá de las circunstancias históricas, forjaron su carácter y su visión de país, Múnera se convirtió en una figura fundamental de la ingeniería y la historia antioqueña. No solo dejó una profunda marca en la ingeniería civil y el aprovechamiento de los recursos hidráulicos, sino que también alcanzó la admiración como historiador y escritor, dedicando su vida a la preservación y difusión del pasado que forjó el presente de su tierra natal.
Su primer gran aporte institucional se dio en la creación del posgrado en Aprovechamiento de Recursos Hidráulicos en la Facultad de Minas, un hito que no solo consolidó el perfil de la institución en ese campo, sino que proyectó a la Universidad Nacional de Colombia como un referente en el estudio y la investigación del potencial hidroenergético de la región. En su intervención como docente y director de este posgrado, Luis Fernando, con la sabiduría de quien conoce la técnica, pero no la olvida del todo, transmitió no solo conocimientos técnicos, sino valores fundamentales para el ejercicio profesional: la responsabilidad social, el respeto por el medio ambiente y, ante todo, la ética.
En su trayectoria profesional, Luis Fernando Múnera fue director de Planeación, de Informática y de Control Interno de Empresas Públicas de Medellín y también fue Gerente de Empresas Varias de Medellín. Su labor se orientó a la optimización de recursos e implementación de proyectos para la transformación de Medellín y Antioquia Su paso por Planeación Municipal también fue esencial para plantear una planificación y un uso adecuado de recursos como bases de una sociedad equitativa.
Su amor por la historia lo sumergió en el campo de la escritura y la investigación. Su capacidad para conectar la historia con la ingeniería lo hicieron un cronista excepcional. Entre sus principales obras, destacan "Historia de Medellín con Cuentagotas" (2023) y "Historia de Colombia con Cuentagotas" (2021), ambas patrocinadas por la Academia Antioqueña de Historia; "Fidel Cano, su vida, su obra y su tiempo" (2005) y "El Puente de Occidente y la Integración de Antioquia" (2018), un texto editado por la Colección Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia. En esta última obra, conectó la ingeniería con los procesos sociales y culturales que dan forma a la identidad de una región.
Sus allegados y amigos reiteran su generosidad, sencillez, disposición para ayudar a los demás y su capacidad para orientar a los jóvenes que buscaban en él no solo a un profesor, sino a un referente de vida. Juan Francisco Villa, uno de sus colegas, lo recuerda como "un ser humano maravilloso, siempre listo a colaborar, transparente y sincero, un hombre sin ambiciones", cualidades que, más allá de la profesión y los logros académicos, marcaron la vida de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.
Su interés por los temas éticos fue también un eje central de su vida, razón por la cual dictó conferencias sobre ética y liderazgo en diferentes instituciones, como la Escuela de Ingeniería de Antioquia y la Fundación Mahatma Gandhi. En un país donde la ética es aún un desafío constante, Luis Fernando Múnera fue un defensor incansable de la integridad en la profesión, y su preocupación por la ética se reflejó en su intervención en el foro sobre el proyecto Hidroituango, donde destacó la importancia de tomar decisiones informadas y responsables en el ámbito de los grandes proyectos de infraestructura energética.
El testimonio del doctor Darío Valencia Restrepo, su colega cercano, da cuenta de su profunda reflexión sobre la ética: “Antes que entristecernos por su fallecimiento, debemos celebrar la vida ejemplar de un ciudadano que honra a Colombia, cuya vida y obra merecen ser difundidas. Quisiera destacar su preocupación por la ética en un mundo y en un país tan necesarios de comportamiento alineado con el bien común. Fue profesor de Ética en la Escuela de Ingeniería de Antioquia y conferencista sobre el mismo tema en la Facultad de Minas, al igual que dictó en 2013 una conferencia magistral sobre la ética en ingeniería durante la celebración de los 100 años de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos”. Lea aquí su semblanza.
Sus herencias para Antioquia son invaluables, son faros para generaciones venideras. Y aunque su ausencia deja un vacío irreemplazable, su legado perdurará en las aulas donde enseñó, en los libros que escribió, en los proyectos que dirigió y, sobre todo, en la memoria de todos aquellos que tuvieron la suerte de cruzarse en su camino.
Hoy, la Facultad de Minas, la Universidad Nacional de Colombia, la Academia Antioqueña de Historia y todos aquellos que lo conocieron y lo admiraron, lo despiden con el más profundo agradecimiento por su contribución incalculable al país y al mundo.